En un tiempo en que todo estaba por hacerse o muy incipiente, fray Cristóbal de Torres emprende la fundación de un colegio para formar “varones insignes ilustradores de la república”.

Casi cuatro siglos han pasado cumpliendo dicho propósito, que ahora se extiende a la formación de los licenciados. La Universidad cumple así el antiguo propósito de “enaltecer y dignificar la carrera del magisterio”.

LA UNIVERSIDAD COLONIAL

En la Licencia de fundación del Colegio Mayor (1651), se indica que el objeto
era llenar “la gran falta que ay en aquel Reyno de personas que lean la dotrina
de santo Thomas, y la Jurisprudencia,
y medicina”. Resulta, pues, que el Rosario nace para formar “hombres doctos”
en filosofía y teología (necesarias
para entender a santo Tomás, reconocido maestro de la Iglesia),
derecho y medicina.

LA LECTURA DE CÁTEDRAS

El Colegio Mayor, aunque nacido
en la Colonia, reproduce el esquema
de la universidad medieval. El modelo
pedagógico era la exposición magistral,
entonces llamada “leer cátedra”.

LAS OPOSICIONES

El procedimiento de oposiciones
determinaba quiénes serían los maestros que ocuparían las cátedras del Colegio. Comenzando con el edicto, el concurso donde los opositores tomaban los puntos (tema de exposición) y la presentación
ante el jurado y los otros opositores,
se realizaba la votación y se nombraba
catedrático mediante decreto.

UNIVERSIDAD REPUBLICANA: APARECE LA PEDAGOGÍA

En virtud del anhelo republicano
de controlar la educación, el Colegio Mayor se incorporó primero a la Universidad
Central y, luego, a la Universidad Nacional, en 1885

Conforme al Plan de estudios
de la Universidad Nacional, debía crearse un curso de Pedagogía, “destinado
á enseñar los principios y reglas
del profesorado”.