P1 headset_mic Parada 3 Buscando la libertad Patio Cuenteros
P1 El estudio de la esclavización viene ligado al estudio de la libertad. Aspiraciones de libertad Las representaciones dominantes de las personas esclavizadas se han focalizado en su condición de victimas de una violencia extrema.
La esclavización ha sido representada, una y otra vez, por imágenes de personas encadenadas.
No podemos negar la realidad de esta violencia, pero podemos reconocer que las historias de esclavización incluyen también historias de resistencia contra las formas de opresión.
A pesar de los intentos para suprimir su humanidad, las personas esclavizadas nunca han abandonado del todo sus aspiraciones a la libertad.
P1 Anónimo (1720). AHUR (Pendiente referencia) Agustín (1695). AHUR.pendiente referencia “Dos esclavos se escaparon” (1833) AHUR (Pendiente referencia) (1) Las fugas desde Calandayma La manera más radical de buscar la libertad pasaba por las vías de hecho: las fugas, la rebeldía, la insubordinación, etc.
Los fugitivos tenían la esperanza de conseguir una libertad completa, pero los riesgos eran enormes: escaparse de las haciendas implicaba exponerse a la persecución.
En caso de ser capturados, los castigos eran terribles y podían implicar hasta la muerte.
P1 57: Gayabal (1713)
59: Gayabal de Siquimá (1731)
62: La Matina (Tocaíma) (1758)
76: Pacho (1778)
En los imaginarios públicos, los palenques representan la figura más icónica de la resistencia de los esclavizados. En Colombia, la noción de palenque es asociada a la región de Cartagena y al famoso sitio de San Basilio. Es evidente, sin embargo, que ni la esclavización, ni la formación de palenques se limitó a la región caribe.

Así, a finales del siglo 17, cuando la Universidad cumplía sus primeras décadas de existencia, la jurisdicción de Tocaima, donde se ubicaba la hacienda Calandayma, era el lugar de una intensa actividad cimarrona.
Cimarronismo y palenques en Cundinamarca
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AGN, Colonia, “Negros y esclavos del Tolima”, vol. 3, ff 587r-588v
A finales del siglo 17, la actividad cimarrona y la formación de palenques había creado una situación de temor, desconcierto y zozobra entre los españoles.

Este panorama y sus características están descritos en el decreto de 1697, para la formación de la compañía de pardos y morenos libres con asiento en la jurisdicción de Tocaima.
“Por cuanto ha sido su señoría informado que en las jurisdicción de Tocaima hay muchas personas de color Pardo y morenos libres que no reconocen cuartel, por no haber compañía formada ni capitán que los gobierne, y en los contornos y montañas de ella hay cantidad de negros esclavos en sus palenques y estos para su sustento salen a los caminos a hacer diferentes robos y daños, llevándose consigo a otros esclavos en notable perjuicio de sus dueños…
para cuyo reparo se forme y crié la gente color Pardo y Moreno libres… por ser personas de trabajo y experimentadas en los montes de parajes para que así a los dichos morenos cimarrones, como a los indios pijaos y otros caribes, inmediatos a las poblaciones de dicha jurisdicción que salen a hostilizarlos, les sirva de frontera impidiéndoles el que ejecuten los daños y perjuicios referidos….”

EL CIMARRONISMO Y LAS FUGAS
P1 Pendiente AHUR volumen y folio Un caso de fuga en Tocaíma (1749)
P1 Pendiente fuente Si todas las personas esclavizadas eran afrodescendientes, no todas las personas afrodescendientes eran esclavizadas. Del mismo modo, si todas las personas encomendadas eran indígenas, no todas las personas indígenas eran encomendadas.

Las clasificaciones étnico-raciales tenían fuertes relaciones con la estructura laboral jerarquizada de la colonia, pero ambas no se superponían de manera absoluta.

La existencia de una población llamada “libre” revela que existían fronteras relativamente rígidas entre los grupos racializados, pero que estas fronteras se caracterizaban también por su gran porosidad
¿Cómo se entrecruzaban las cuestiones étnico-raciales y laborales?
Las Haciendas como
“mosaico social”

P1 Pendiente fuente Es importante matizar la idea de una oposición simple entre el “trabajo servil” y el “trabajo libre asalariado”.

Algunos trabajadores – esclavizados o encomendados – se encontraban claramente en una “condición servil”.

Otros trabajadores, vinculados a sistemas de trabajo como el “concierto” o “terraje”, eran formalmente “libres”, pero se encontraban en realidad bajo la dominación de los hacendados propietarios de la tierra.

Las economías agrarias de las grandes haciendas funcionaban esencialmente gracias a la “captación” de una mano de obra gratis o casi-gratis; mediante la esclavización, la encomienda o el peonaje por deudas.
En la memoria de los concertados realizada por el administrador el 1 de julio de 1676 se presentó la siguiente relación:
- Antonio Curbida, concertado por el corregidor, 6 patacones 6 pares de alpargates, dejo 3 pares dealparguetes y dos reales, debe sombrero por 6 meses, fue “ovejero”.
- Pedro Garnerero, por un año 8 patacones y 8 fanegas de maíz, 6 pares de alparguetes y un sombrero....
- Pedro Yepicatro, estuvo 6 meses y gano 8 patacones y la ración de maíz, alparguetes y sombrero.
- Marcos Baquero, por un año 18 patacones y la ración ordinaria que son 8 fanegas de maíz, alparguetes y sombrero.
- Martin Baquero, que guardo el ganado, 20 patacones la ración de alparguetes y sombrero por un año...
- Clemente Rodríguez, para cuidar el hato 25 patacones por un año la ración de maíz y cada mes un borrego.
- Miguel Guanque, para deshierbar 6 meses gano 7 patacones la ración de alparguetes y sombrero.
- Juan Boyero, del pueblo de Bosa por 6 meses, 7 patacones y la ración de maíz,alparguetes y sombrero.
- Pedro Gugapaba, gana por 6 meses 7 patacones y la ración ordinaria
- Marcos Baquero, segundo año que va sirviendo conel mismo salario.
- Juan Chumbe, por 6 meses gana 7 patacones y la ración ordinaria
Andres Boyero, el año pasado se le rebajo la mitad de su concierto por el mes de julio del año pasado se le pago lo que había servido.
- Lorenzo Ovejero, por 6 meses gana 7 patacones y la ración ordinaria
Diversas formas de trabajo no-libre

P1 Hemos naturalizado la ausencia indígena en Bogotá y Cundinamarca.

Es evidente, sin embargo, que, en el momento de la fundación de la Universidad, y durante los dos siglos siguientes, había una fuerte presencia indígena en toda la región.

En Santafé, también vivían un número importante de personas indígenas en y alrededor de la ciudad cuando se fundó el Claustro.
UN CONFLICTO TERRITORIAL

El conflicto que tuvo lugar entre el Colegio del Rosario y un grupo de indígenas en la Vega desde la mitad del siglo XVIII permite evidenciar la presencia indígena dentro y alrededor de las Haciendas de la Universidad del Rosario.

En 1751, el Colegio del Rosario decidió, después de 20 años, pedir la posesión de la finca de San Antonio, ubicada en La Vega y que doña Teresa del Mur Sol de Villa había donado en 1731.

Sin embargo, un grupo de indígenas liderados por Juan Ordóñez decidió oponerse las pretensiones del Rosario, explicando que durante los 20 años que habían transcurrido desde la donación habían permanecido en esas tierras (o más).
La presencia indígena en Cundinamarca

P1 El pueblo achagua sigue viviendo en los resguardos de Umapo y El Turpial, en el municipio de Puerto López (Meta) y algunas familias en La Hermosa (Casanare).

Su población se estima en 980 personas (DANE 2018)

¿Cómo incluir las voces de los descendientes?
Los descendientes de esta historia
P1 TERRAJE:
Una figura de servidumbre bajo la cual muchos indígenas adquirieron el compromiso de trabajar gratuitamente para los hacendados a cambio de poseer una pequeña parcela para vivir y cultivar dentro de la propiedad de su patrón.

Las experiencias de despojo territorial y terraje que motivaron las luchas en el suroccidente colombiano a comienzos del siglo XX. Falta fuente de la fotografía Historias de resistencia indígena
P1 Juntando recuerdos sobre la Terrajería en Guambía, Colombia Pendiente referencia de las fotos La fuerza de la gente
P1 Cada cual a la finca de su respectivo patrón Falta fuente de la fotografía LA VIOLENCIA DE LA MATRICULA
P1 Los pueblos amazónicos viviendo los horrores de la Casa Arana. Falta fuente de la fotografía La violencia cauchera