





La esclavización ha sido representada, una y otra vez, por imágenes de personas encadenadas.
No podemos negar la realidad de esta violencia, pero podemos reconocer que las historias de esclavización incluyen también historias de resistencia contra las formas de opresión.
A pesar de los intentos para suprimir su humanidad, las personas esclavizadas nunca han abandonado del todo sus aspiraciones a la libertad.




Los fugitivos tenían la esperanza de conseguir una libertad completa, pero los riesgos eran enormes: escaparse de las haciendas implicaba exponerse a la persecución.
En caso de ser capturados, los castigos eran terribles y podían implicar hasta la muerte.

59: Gayabal de Siquimá (1731)
62: La Matina (Tocaíma) (1758)
76: Pacho (1778)

Así, a finales del siglo 17, cuando la Universidad cumplía sus primeras décadas de existencia, la jurisdicción de Tocaima, donde se ubicaba la hacienda Calandayma, era el lugar de una intensa actividad cimarrona.




AGN, Colonia, “Negros y esclavos del Tolima”, vol. 3, ff 587r-588v
Este panorama y sus características están descritos en el decreto de 1697, para la formación de la compañía de pardos y morenos libres con asiento en la jurisdicción de Tocaima.

para cuyo reparo se forme y crié la gente color Pardo y Moreno libres… por ser personas de trabajo y experimentadas en los montes de parajes para que así a los dichos morenos cimarrones, como a los indios pijaos y otros caribes, inmediatos a las poblaciones de dicha jurisdicción que salen a hostilizarlos, les sirva de frontera impidiéndoles el que ejecuten los daños y perjuicios referidos….”








Las clasificaciones étnico-raciales tenían fuertes relaciones con la estructura laboral jerarquizada de la colonia, pero ambas no se superponían de manera absoluta.
La existencia de una población llamada “libre” revela que existían fronteras relativamente rígidas entre los grupos racializados, pero que estas fronteras se caracterizaban también por su gran porosidad

“mosaico social”

Algunos trabajadores – esclavizados o encomendados – se encontraban claramente en una “condición servil”.
Otros trabajadores, vinculados a sistemas de trabajo como el “concierto” o “terraje”, eran formalmente “libres”, pero se encontraban en realidad bajo la dominación de los hacendados propietarios de la tierra.
Las economías agrarias de las grandes haciendas funcionaban esencialmente gracias a la “captación” de una mano de obra gratis o casi-gratis; mediante la esclavización, la encomienda o el peonaje por deudas.
- Antonio Curbida, concertado por el corregidor, 6 patacones 6 pares de alpargates, dejo 3 pares dealparguetes y dos reales, debe sombrero por 6 meses, fue “ovejero”.
- Pedro Garnerero, por un año 8 patacones y 8 fanegas de maíz, 6 pares de alparguetes y un sombrero....
- Pedro Yepicatro, estuvo 6 meses y gano 8 patacones y la ración de maíz, alparguetes y sombrero.
- Marcos Baquero, por un año 18 patacones y la ración ordinaria que son 8 fanegas de maíz, alparguetes y sombrero.
- Martin Baquero, que guardo el ganado, 20 patacones la ración de alparguetes y sombrero por un año...
- Clemente Rodríguez, para cuidar el hato 25 patacones por un año la ración de maíz y cada mes un borrego.
- Miguel Guanque, para deshierbar 6 meses gano 7 patacones la ración de alparguetes y sombrero.
- Juan Boyero, del pueblo de Bosa por 6 meses, 7 patacones y la ración de maíz,alparguetes y sombrero.
- Pedro Gugapaba, gana por 6 meses 7 patacones y la ración ordinaria
- Marcos Baquero, segundo año que va sirviendo conel mismo salario.
- Juan Chumbe, por 6 meses gana 7 patacones y la ración ordinaria
Andres Boyero, el año pasado se le rebajo la mitad de su concierto por el mes de julio del año pasado se le pago lo que había servido.
- Lorenzo Ovejero, por 6 meses gana 7 patacones y la ración ordinaria


Es evidente, sin embargo, que, en el momento de la fundación de la Universidad, y durante los dos siglos siguientes, había una fuerte presencia indígena en toda la región.
En Santafé, también vivían un número importante de personas indígenas en y alrededor de la ciudad cuando se fundó el Claustro.
El conflicto que tuvo lugar entre el Colegio del Rosario y un grupo de indígenas en la Vega desde la mitad del siglo XVIII permite evidenciar la presencia indígena dentro y alrededor de las Haciendas de la Universidad del Rosario.
En 1751, el Colegio del Rosario decidió, después de 20 años, pedir la posesión de la finca de San Antonio, ubicada en La Vega y que doña Teresa del Mur Sol de Villa había donado en 1731.
Sin embargo, un grupo de indígenas liderados por Juan Ordóñez decidió oponerse las pretensiones del Rosario, explicando que durante los 20 años que habían transcurrido desde la donación habían permanecido en esas tierras (o más).


Su población se estima en 980 personas (DANE 2018)
¿Cómo incluir las voces de los descendientes?




Una figura de servidumbre bajo la cual muchos indígenas adquirieron el compromiso de trabajar gratuitamente para los hacendados a cambio de poseer una pequeña parcela para vivir y cultivar dentro de la propiedad de su patrón.










